Agua y aceite en El Salvador


El Salvador celebra elecciones presidenciales este domingo como culminación de un proceso de campaña tenso y polarizado.

Tal realidad se refleja en la vida de los dos candidatos centrales.

Por un lado, el ex jefe de la policía, Rodrigo Ávila, aspira a mantener en el poder al partido que ha dominado la vida política salvadoreña durante veinte años: la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).

En la otra banda, el ex periodista Mauricio Funes, quien podría ser el responsable de llevar por primera vez a la silla presidencial a la izquierda, representada por la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

El hermano de uno de ellos fundó el partido que viene gobernando los designios de este país, mientras que el hermano del otro murió a inicios de la guerra civil cuando militaba en una organización estudiantil.

Rodrigo y Mauricio. Nombres comunes, pero cuyas figuras mediáticas eran conocidas incluso antes que se convirtieran en los rostros de las dos principales fuerzas políticas del país.

El rostro televisivo

Mauricio Funes estudió en un colegio regentado por jesuitas, los mismos que lo acogieron en la Universidad Centroamericana (UCA) donde estudió Licenciatura en Letras en los años 80.

Mauricio Funes (der) durante un segmento de La Entrevista en Canal 12.
Funes fue un reconocido entrevistador en la televisión de El Salvador.

Entre sus profesores tuvo a los sacerdotes españoles que más tarde serían asesinados por el ejército salvadoreño en el epílogo de la guerra civil salvadoreña.

Tras el conflicto armado, Funes se convirtió en periodista.

En 1986 ingresó a una televisora nacional para integrar un telediario donde ofrecía análisis político y cubría el quehacer legislativo.

Luego pasó al equipo de Canal 12, una estación privada que rompió el esquema de las noticias al ser el primero en llevar el escenario de la guerra a los hogares salvadoreños.

Más tarde, Funes regresó a su antigua universidad donde fundó una productora de documentales.

El hombre FBI

Ávila, mientras tanto, se educó en un liceo marista donde tradicionalmente iba la élite salvadoreña y luego viajó a Estados Unidos para estudiar ingeniería y administración.

A los 29 años, asumió la subdirección de operaciones de la policía.

Rodrigo Ávila.
Ávila se hizo conocido como jefe de la policía salvadoreña.

Su rostro empezó a ser la referencia de una nueva policía con carácter civil, que surgió de los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra entre el ejército y la ex guerrilla del FMLN en 1992.

El candidato de Arena, sin embargo, pertenece a una familia de raigambre política dentro del partido.

Su hermano, Roberto, es uno de los fundadores y los estatutos del partido fueron asentados jurídicamente por su tío Ricardo, el mismo día que la entonces guerrilla atentó contra él.

Pero si hay algo determinante en la vida de Ávila es su paso por la academia policial del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

El corresponsal

Durante el inicio de la transición a la democracia, Funes regresó al espacio de televisión donde se formó como reportero, con la salvedad que también preside la entrevista matinal donde escrutó todo el espectro político y social del país.

En aquel espacio, agudo para muchos e incómodo para otros, Funes afinó su imagen como periodista y obtuvo méritos internacionales como el Premio María Moors Cabot (que otorga la Universidad de Columbia), en 1994, y el Premio de Periodismo otorgado por el gobierno brasileño en 1996.

En ese contexto se convirtió en corresponsal de CNN y, al mismo tiempo, en una figura incómoda en una sociedad donde el poder político incide en los medios de comunicación.

La tensión más alta fue con la administración del ex presidente Francisco Flores durante los terremotos de 2001, hasta que -cuatro años más tarde- Canal 12, que en ese momento es de capital mexicano, lo despidió.

Así, entre 2005 y 2007, Mauricio Funes llevó la entrevista televisiva a otras estaciones donde también le cierran el espacio paulatinamente.

En noviembre, aceptó finalmente ser el candidato de la ex guerrilla.

El jefe policial

En 1989, cuando la ex guerrilla lanzó una ofensiva general en todo el país, Rodrigo Ávila prestó servicio como miembro de las Defensas Civiles Patrióticas, una unidad paramilitar entrenada en la Primera Brigada de Infantería por el teniente coronel Francisco Elena Fuentes.

Operativo policial en Nueva Concepción, El Salvador.
La violencia es un tema que ha generado polémica en la campaña.

Su puntería se convirtió en una leyenda que irradió respeto cuando llegó a la Policía Nacional Civil (PNC). Entre sus mandos, pronto pasó a ser llamado "Atila", su nombre clave.

Bajo el gobierno del ex mandatario Armando Calderón fungió como director y modernizó la institución con la creación de unidades especializadas de choque, pero no pudo detener el avance de las pandillas.

En poco tiempo, también captó la atención de la prensa que encontró en él a un jefe policial que estuvo en la primera línea de fuego en los operativos.

Pero durante la siguiente gestión de Francisco Flores fue cesado del cargo y electo diputado en el Congreso. Después, fue candidato fallido a alcalde en el municipio de La Libertad, pues perdió frente a Óscar Ortiz del FMLN.

El actual presidente Antonio Saca fue quien rescató del olvido la figura de Ávila. Lo designó viceministro de Seguridad Pública y nuevamente jefe de la PNC hasta promover su candidatura entre 18 aspirantes.

Cualquiera que gane se convierta en el presidente número 72 de El Salvador y en uno de los más jóvenes en ocupar la primera magistratura del país.

Fuente: BBC Mundo

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